miércoles, 28 de mayo de 2014

Miércoles, 1.43am. Ese repentino momento de necesitar expresar todo aquello que se cruza en mente. Noches desveladas, de música, reflexión, inspiración y deseo. En parte por querer que aquello marche como hasta ahora, miedo a la vez de que todo suceda de manera dulce, impactante, aterradora y  adecuada en la que lo hace. Hablando de un todo, podría decir que quiero quedarme en el hoy, que por fin un cambio se acercó, de esos que no suelen suceder con frecuencia pero que cuando lo hacen, borran cada sonido de la voz, borran cada palabra de manera alucinante. Alucinante como la forma misma en que se dan los actos, consecutivos, alineados. Quizás en este enredo, lo único que busco es tratar de decir una simple frase tal como "quedate conmigo", francamente no hay algo específico que me interese resaltar más que eso en este preciso instante. Es interesante la historia que, claramente, no podría ser diferente. Complicada y particular como lo que nos define. No lo arruines, no quiero arruinarlo. Dejemos todo así, que siga sucediendo por sí mismo, el hecho y el efecto y las noches desveladas pensando nada más que en eso. 

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